El diálogo puede ser asumido como objeto de estudio en sí mismo o como mediación o estrategia dialógica, cuyo diseño implica planificación, desarrollo y evaluación permanente, a fin de garantizar su progresión y contribución al desarrollo del pensamiento crítico a través de currículo. He aquí algunas estrategias:
1. Cree un clima de confianza en el que el diálogo tenga sentido. Las prácticas de oralidad se constituyen en acciones vivas que generan cierta fascinación y bienestar, bien sea por estar cara a cara, reconocer cierto sabor, olor y fluidez de la palabra mediante el contacto directo o por la presunción de cercanía proclive a la confianza y el afecto
2. Genere situaciones de interlocución y creación de sentido. Buscar que los estudiantes permanezcan activos, imaginativos y atentos a construir nuevos sentidos en los variados y ambivalentes significados que encierra el juego dialógico. Dicho de otro modo, ser un maestro capaz de despertar la sabiduría en sus estudiantes en la perspectiva planteada por el profesor González Pérez , hacer que se sientan únicos, ponerlos en contacto con sus sueños, generar la suficiente confianza en ellos mismos.
3. Promueva distintas estrategias dialógicas. Si tratamos de caracterizar la acción dialógica como un juego, podemos describirla de la siguiente manera:
En la escena hay dos jugadores dispuestos a ganar el juego, el jugador A (estudiantes) debe producir ciertas estrategias con su propio movimiento, proprio motu y el jugador B (profesor) lo acompaña en este juego. B gana cuando A gana, es decir cuando ha producido las estrategias ganadoras, por tanto, A no puede pretender ganar sin B y viceversa. Además, B posee la información necesaria para la producción de las estrategias ganadoras. Este dominio en el juego es muy evidente para A; sin embargo, B debe ingeniárselas para no infringir la regla del proprio motu.
MUY BUENAS INSTRUCCIONES
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